Viernes, 6 de noviembre
CONAN DOYLE Y MAS
Mientras caminamos por la calle Princesa, tras la presentación del más reciente tomo de mis diarios, le comento a Abelardo Linares lo mucho que me ha sorprendido uno de los relatos de Conan Doyle incluidos en Una agitada víspera de Navidad, que acaba de editar. Se titula “El último recurso” y lo escribió en 1930, el último año de su vida. En él nos cuenta cómo se acabó con la corrupción en una gran ciudad norteamericana. Son los tiempos de la ley seca. Estamos lejos del mundo de Sherlock Holmes en que la inteligencia puede solucionar cualquier problema. Lejos o no tan lejos. Ahora el protagonista se llama Gideon H. Fanshave: “Algunos pensaban que estaba loco. Otros creían que era un genio. Era un hombre rico, muy rico. Se pasaba la vida metido en su biblioteca entre libros y ensoñaciones, pero de vez en cuando se espabilaba y entonces empezaban a suceder cosas”.
Lo que esta vez sucede es que organiza un complot con los pocos hombres buenos que quedan, detiene por sorpresa a gánsteres y corruptos y los encierra en una gran sala de baile, el Odeón; allí, tras el correspondiente sermón en defensa de la ley y la democracia, unas ametralladoras, hasta entonces ocultas, comienzan a disparar: “Los vi correr hacia las puertas. Trepar hasta las ventanas selladas. Amontonarse en las esquinas como hacen las ratas cuando se suelta un terrier. Los vi correr y gritar, esconderse unos detrás de otros y amontonarse los cadáveres”.
––Ese sueño de Conan Doyle, hacer limpieza --le digo al editor–, es el que tuvieron Hitler, Pinochet y todos los salvadores de la patria que en el mundo han sido.
––Más bien fue lo que ocurrió en Paracuellos. .
––Hombre, Abelardo, no es lo mismo. Madrid era una ciudad sitiada, había bombardeos sobre la población civil, el gobierno había marchado a Valencia…
––Tú siempre buscando justificación para los bolivarianos y los nacionalistas.
––No justifico nada. Pero las circunstancias son muy distintas. Los ejecutados en el relato de Conan Doyle son casi todos de origen extranjero, hispanos e italianos especialmente, solo hay entre ellos algunos norteamericanos que se han dejado corromper. Fascismo en estado puro, me parece. Conan Doyle, el perfecto caballero británico, habría acabado apoyando a Hitler. Triste final para Sherlock Holmes.
Y yo pienso en la suerte de que en España ya no tenemos quien quiera hacer una limpieza de ese tipo. Ahora las discrepancias las arreglamos más civilizadamente. Y lo que pasa en Cataluña, contra lo que pudiera parecer, es el mejor ejemplo. Quién lo dude, qué poco conoce la historia de España.
––Conan Doyle era un fascista y Mas un perfecto caballero. ¡Lo que hay que oír!
Sábado, 7 de noviembre
LEER BIEN, VIVIR MEJOR
No veranillo, sino pleno verano este hermoso día de otoño madrileño. Me acerco hasta las naves de Matadero (qué feo nombre: solo faltaría que se celebrara en ellas una exposición sobre la guerra civil) y allí me encuentro, en la Casa del Lector (este sí un hermoso nombre), con un viejo amigo: Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Aquí está el manuscrito de El Gatopardo, muchos de sus libros, las fichas en que los fue clasificando, el archivador de madera en que las guardó.
Y muchas cosas más: un retrato al óleo de su bisabuelo, Giulio Fabrizio Tomasi, en quien se basó para crear al príncipe de Salina, y una pitillera y una fosforera de plata que fueron suyas. De la primera se ha eliminado cuidadosamente una de las palabras de la inscripción que todavía figura entera en la segunda: “Spes mea in deo est”. ¿En qué momento dejó el príncipe Tomasi de poner su esperanza en Dios?
Aquí están las imágenes en blanco y negro de infancia y juventud y las residencias veraniegas de la familia y el palacio de Palermo en el Vicolo Lampedusa– destruido por las bombas.
“Leer bien para vivir mejor” se titula la exposición. Leer para sobrevivir, podría ser otro título. La inauguró Gioachino Lanza Tomasi, uno de los jóvenes de los que Lampedusa se rodeó en los últimos años y al que acabó adoptando. Me habría gustado conocerle.
Aquí están también carteles y fotografías de la película de Visconti, inseparables ya de la novela, ¡Ese paseo de Angelica y Tancredi por los pasillos y los cuartos abandonados de Donnafugata! Pocas veces los fantasmas del deseo se han expresado con tan maravillosa y casi dolorosa intensidad.
Y el puerto de Palermo y la silueta de la ciudad en un óleo dieciochesco, que parece pintado para ilustrar las palabras de Goethe cuando quiso transmitirnos “la imagen de esta incomparable y extensa bahía” en su Viaje a Italia.
Domingo, 8 de noviembre
CONTAR UN CUENTO
Me siento en la butaca, abro bien los ojos y me dejo seducir desde la primera imagen como el niño ante un cuento de hadas, como el adolescente que pasa página tras página de Los tres mosqueteros o de La isla misteriosa sin levantar la vista del libro, como el beduino que se incorpora al corro en un mercado árabe para escuchar los lances de Las mil y una noches.
Magia del cine, magia de Spectre, la última película de James Bond. Los esqueletos que danzan en las calles de la ciudad de México, el helicóptero haciendo mortales piruetas sobre el Zócalo lleno de gente. Y el Lungotevere romano, el ponte Sisto, las conversaciones en el restaurante del tren, las conspiraciones misteriosas, la estación en medio del desierto, las terrazas y los sótanos de Londres…
¿Que todo al final se desvanece como una irisada pompa de jabón al viento? Poco importa si antes hubo dos horas y media de irresponsable felicidad.
Lunes, 9 de noviembre
HACER HISTORIA
¿Asistirá Dios a la historia del mundo como nosotros a las películas de James Bond, como a un brillante espectáculo en el que es imposible aburrirse?
Imposible aburrirse en el capítulo de la historia de España que nos ha tocado vivir. Imposible también parece no tomar partido. Yo lo hago, según quijotesca costumbre, por los más débiles, que casi siempre son también los que tienen la razón de su parte.
Hay gente asustada por lo que está pasando, o por lo que puede pasar en Cataluña. Yo estoy más bien ilusionado. Ningún problema es verdaderamente grave mientras se pueda resolver votando.
Martes, 10 de noviembre
PARÍS-MODIANO
Los libros nuevos de cada día son parte del placer del día, la mejor parte. Hoy me llegan, entre otros, un breve diario de Concha García, Los antiguos domicilios; el diario romano de Bruno Mesa, en el que aparezco (“Llegan García Martín, Xuan y Almuzara a la Academia para participar en un recital en el que hago el papel de introductor. Antes de saludar a Martín ya estoy discutiendo con él”); Nuestras calles, de Alesssandra Lavagnino; una antología de poesía amorosa de Benítez Ariza y, sobre todo, el maravilloso París-Modiano de Fernando Castillo.
Hojeo todos los libros, pero es este último el que más me seduce: el París en blanco y negro de la ocupación, el París difuminado y doliente de las novelas de Modiano, uno de esos lugares a los que siempre gusta volver, en cuyos laberintos emocionales queda uno enredado para siempre.
Nunca he sentido el síndrome de los demasiados libros, tan bien estudiado por Gabriel Zaid. Los libros nunca son demasiados: no hay que leerlos todos.
––¿Nunca has leído un libro por obligación?, me preguntan a veces.
––Nunca, me resultaría tan imposible como hacer el amor por obligación (compadezco por eso a los casados y a los estudiantes de literatura).
––Pues también has leído, o al menos reseñado, libros muy malos.
––Los malos libros son a menudo los que más me divierten. Disfruto mucho destrozando un libro vacuo y pretencioso.
––Te gusta hacer sangre, incluso tus mejores amigos han tenido ocasión de notarlo.
––Tampoco es para tanto. En mi esgrima verbal nunca paso de algún rasguño más o menos ligero en la vanidad.
Miércoles, 11 de noviembre
LOS MISTERIOS DE BARCELONA
La realidad nunca deja de fascinarme. Es la mejor novela de misterio y aventuras, la de peripecias más inesperadas. No tendrá que esforzarse mucho el gobierno español para hacer descarrilar el independentismo catalán, de eso ya se encarga la CUP.
Contra lo que pudiera pensarse, el hombre de Rajoy en Cataluña no es García Albiol, sino Antonio Baños. A la memoria me viene El hombre que fue Jueves, con aquella organización subversiva en la que todos los integrantes de la cúpula eran policías.
Pero no es necesario pensar en fondos reservados. Para hacer el juego al sistema el perfecto militante antisistema no necesita estar a sueldo de la policía: lo hace gratis.
Jueves, 12 de noviembre
CONTINUARÁ
“De todas las historias de la historia / sin duda la más triste es la de España / porque termina mal”, escribió Gil de Biedma. Yo no soy tan pesimista, ni mucho menos.
En primer lugar, porque no termina. Al final de cada capítulo, siempre aparece la palabra “continuará”. Y en segundo lugar porque siempre podemos repetir el verso de Machado: “si el hoy es malo, el mañana es mío”.