Sábado, 26 de febrero
CIBERATAQUES
“Ante la certeza de los ataques recibidos, de que hay cuentas de usuarios de Uniovi comprometidas, y del riesgo acreditado de ciberataques como consecuencia del conflicto bélico de Ucrania, el conjunto de las Universidades Españolas, coordinadas por la CRUE, hemos procedido a incrementar las medidas de seguridad de nuestros sistemas informáticos”.
Como consecuencia, no puedo entrar en mi correo a pesar de que me paso la tarde tratando de incorporar “las medidas adicionales de doble factor de autenticación”. Seguro que, con ese doble factor o sin él, un hacker ruso (porque solo los hay rusos, por supuesto, otros países no saben de eso) no tardaría ni medio segundo en entrar en mi correo. Siempre que le interesara, claro, cosa de la que dudo bastante.
Dicen que cuando hay una guerra, la primera en salir por la ventana es la verdad. Puede ser, pero en segundo lugar sale la inteligencia. Militar, por supuesto.
Domingo, 27 de febrero
INCOMPETENCIA OFICIAL
No llevo ni cinco minutos de película, cuando me doy cuenta de que he cometido un error. Competencia oficial, de Gastón Duprat y Mariano Cohn, dos aclamados directores de la televisión y el cine argentinos, no es más que un pretencioso bodrio. Así que, desde el principio, comienzo a tomar notas mentalmente como si fuera un proyecto que me presentaran.
Un error de guion. ¿Pero a quién se le ha ocurrido que el director de una farmacéutica, quiera, para mejorar su imagen, financiar una película sobre cualquier tema? ¿Recuerda alguien al productor de cualquiera de las diez más aclamadas de los últimos años? ¿O de la historia del cine? ¿Quién puso el dinero para hacer El gatopardo? Otra cosa es que quisiera producir una película sobre la historia de su familia, desde que salió del gueto hasta que salvó al mundo vacunándolo, por ejemplo.
Un error de casting. ¿A quién se le ocurrió seleccionar a Penélope Cruz como la famosa directora que va a dirigir esa presunta obra maestra? No da el papel ni de lejos. Cualquier actriz con menos pinta de estrellita de Almodóvar y más parecido a Isabel Coixet encajaría mejor.
Y no es que yo sepa mucho de cine, pero más que los guionistas de este engendro parece que sé. ¿Qué director o directora ficha a Viggo Mortensen o a Brad Pitt y luego los pone a prueba haciéndoles repetir “buenas noches” hasta que suena a su gusto? Yo, más que a una directora de cine, veía a un director de teatro de los de antes dando clases a alumnos ambiciosos capaces de aguantar cualquier cosa. Todas las pruebas a que somete a los actores quizá tuvieran gracia en un concurso de televisión de esos que hace sufrir a los concursantes. Aquí no tienen ninguna, aunque las acompañara alguna risa nerviosa de los contados espectadores. Lo de enrollar con cinta aislante y convertirlos en una especie de momia a los famosos actores mientras se destruyen su trofeos hay que verlo para creerlo. Y el ejercicio de que uno se insulta a otro es como si, para que Daniel Craig, desempeñara adecuadamente su papel le entrenaran con sesiones de insultos al actor que va a hacer de malo en el último James Bond. No sigo. Más que una película parece una función de teatro de esas que llenan el Palacio Valdés porque las representan actores muy conocidos. Un engañabobos, que quizá engañe a algún crítico, pero no al espectador.
Y de la escena del beso en el bosque de micrófonos, mejor no hablar. Penélope, Penélope, ¿no tenías nada mejor que hacer que hacer de manera tan estrepitosa el ridículo?
Lunes, 28 de febrero
CENSURAR CON LIBERTAD
Ya empiezo a recibir anónimos más o menos amenazantes e insultantes por, supuestamente, defender a Putin. ¿Pero desde cuándo defiendo yo a Putin? No hemos cambiado nada desde los tiempos en que veíamos en los programas de sesión doble las películas del salvaje oeste. Los vaqueros son los buenos y los indios los malos. Pero yo no tengo tan claro quiénes eran los buenos y los malos entonces ni quiénes lo son ahora. En cualquier caso, antes de decidir, me gustaría informarme. Pero los vaqueros, defensores de la libertad de expresión, no dejan escuchar las razones de los malos: prohíben “Russia Today” porque no dice más que mentiras, al contrario que “Fox News”.
Martes, 1 de marzo
HISTORIA DE DOS PALOMAS
Cuando vuelvo de tomar mi café matinal en Noor (y de la primera sesión de lectura del día), me encuentro con dos palomas coqueteando sobre una fuente. De pronto, una de ellas escapa indignada. A la memoria me vienen unos apócrifos versos de Iriarte (o de Samaniego), así que me siento en un banco y se los dicto al teléfono: “Dos palomas a una fuente / fueron juntas a beber / y una por otra algo siente /que no puede contener. // ---Contigo me he de casar / o moriré en el intento, / antes se secará el mar / que cambiará lo que siento. // ---Palomo, paloma mía, / tu amor es correspondido, / pero un secreto querría / antes poner en tu oído. // ---Dime, dime lo que sea, / que yo te querré lo mismo. / ---Aunque parezca europea, / procedo de un negro abismo. // ---¿No serás rusa, por Dios? / ---Rusa soy a mi pesar, / que nací en Vladivostok. / ---Por ahí no puedo pasar. // ---¿Nuestro amor no puede ser? /---Adiós, basura del Este, / y que no te vuelva a ver / por el parque del Oeste”.
Miércoles, 2 de marzo
PREMIUM
También entre los refugiados hay una opción Premiun. No es lo mismo escapar de las guerras interminables de Siria, Libia o Irak que de esa otra guerra que escandaliza al mundo libre. En un caso, te cierran las fronteras de la Unión Europea (o pagan a un tercer país para que te las cierre y a ti te encierre en un campo de concentración); en el otro, te reciben con los brazos abiertos, no necesitas ningún papel (ni siquiera el pasaporte que acredita la dosis completa), te buscan trabajo; periódicos y televisiones compiten porque les cuentes tu historia, cómo has conseguido escapar de la bota rusa. “Quién fuera ucranio”, gimen todos los refugiados del mundo.
—Sabes que eres un cínico, Martín. Esas bromas tuyas lo único que hacen es favorecer a Putin. Y luego te quejas de que se metan contigo. Yo te prohibiría publicar esas fake news.
—¿Me prohibirías entonces escribir que Pedro Sánchez está consensuando con la oposición una nueva medida de presión contra Putin: prohibir que en los restaurantes sirvan ensaladilla rusa?
—Esa es una tontería que se le ocurrió a Gabriel Rufián. No serviría de nada. La llamarían “ensaladilla imperial”, como en los tiempos de Franco.
Jueves, 3 de marzo
ME RESERVO MI OPINIÓN
—¿Has ido a alguna manifestación contra la guerra de Ucrania, Martín?
—-No.
—¿Fuiste a alguna contra la guerra de Irak?
—A todas.
—Está claro que para ti hay guerras buenas y malas.
—Como para todo el mundo.
—-Entonces estabas a favor de las víctimas, ahora parece que estás a favor de los verdugos.
—Las cosas no siempre son lo que parecen. Yo tengo muy desarrollado el sentido común, como Sancho Panza. Creo que en cualquier conflicto, antes de tomar partido, hay que escuchar a las dos partes. Aquí solo nos dejan escuchar a una. La otra, según nuestros democráticos políticos de Bruselas, o los capitostes de la OTAN, no dice más que mentiras. Puede ser, pero yo, hasta que no escuche a la otra parte, me reservaré mi opinión.
—Cómo si no la supiéramos. Tú quieres que esta guerra acabe pronto y que Rusia consiga lo que busca: una partición de hecho del país, con un estatus especial para las provincias del Este (que no serían independientes formalmente, pero sí a casi todos los efectos: un poco como Euskadi en el Estado español), y una declaración de neutralidad; la nueva Ucrania se comprometería a no formar nunca parte de la OTAN.
—Ya te digo que no tengo opinión formada porque no me dejan escuchar las razones de una de las partes. Lo que sí parece es que esta guerra va a ser un poco menos duradera que la famosa “Libertad duradera” de Afganistán. Si me atreviera a hacer una profecía, diría que va a durar diecinueve años y algunas semanas menos. También que dejará miles y miles y miles de víctimas menos.
—-Tú equivocaste la vocación. Tú deberías ser político. Te gusta el ordeno y mando. Tienes madera de dictador.
—De dictador no, pero de monarca del despotismo ilustrado no te diré que no. Me habría gustado ser Carlos III, o Federico II de Prusia, el que se carteaba con Voltaire, o ¿por qué no?, Pedro el Grande.
—Y del siglo XX, ¿qué político te habría gustado ser?
—Mustafá Kemal Ataturk.
Viernes, 4 de marzo
PIENSO, LUEGO INSISTO
—¿Cómo te las arreglas, Martín, para sobre cualquier asunto tener siempre una opinión distinta a la de los demás?, me pregunta Xuan Bello.
—Pienso.
—¿O sea que para ti el resto de la gente son solo borreguinos que se dejan engañar por los medios de comunicación y van siempre a donde interesa a los mayorales que conducen el rebaño?
—Exacto.