Sábado, 30 de octubre
UN BUEN NEGOCIO
“Te propongo participar en un negocio, Martín. Rentabilidad segura. Tiene que ver con la vanidad y eso no puede fallar. Una empresa al estilo de Glovo, pero que no lleve a casa alimentos para el cuerpo, sino para el espíritu. No, no se trata de libros, que eso no sería novedad. Se trata de distribuir elogios bajo pedido. ¿Te sorprende? Deja que me explique. Seguro que tú, además de socio de la empresa, serás un buen cliente. Imagínate que estás una mañana en Los Porches o una tarde aburrida en cualquier cafetería. El libro que has llevado contigo prometía mucho, pero se desinfla a las pocas páginas. Nada te gustaría más que el que apareciera alguno de tus lectores para elogiarte y darte conversación. Los amigos tienen la mala costumbre de aparecer solo si tienes una lectura apasionante. Y lo único que suele aparecer es un poetastro para que leas sus poemas y se los comentes “con total sinceridad”, aunque pobre de ti si lo haces. ¿Qué te parecería si en ese momento pudieras marcar un número y al poco tuvieras contigo a una persona dispuesta a comentar tu último libro o a debatir sobre la supuesta inviolabilidad total del jefe del Estado, según la Constitución española? No tendrías que pagar nada, por supuesto, bastaría con que estuvieras suscrito al servicio por una módica cuota mensual. También la empresa se encargaría de patrocinar trabajos de fin de Grado o de fin de Máster, o incluso tesis doctorales. ¿Qué escritor no estaría encantado de recibir a un joven estudioso interesado en su obra? Cualquier estudiante, cualquier licenciado, cualquier desempleado aficionado a la lectura podría darse de alta en nuestro servicio. Para dar conversación, no hace falta ser experto en el autor que nos contrate. Basta con que busque sus datos en Internet y a partir de ahí le haga alguna pregunta. A los escritores nada les gusta más que hablar de sí mismos. ¿Te apuntas entonces? Con diez mil euros sería suficiente para iniciar la empresa. Antes de un año, comenzarás a recuperarlos con intereses. ¿Que eso es una especie de prostitución intelectual, que los elogios comprados no satisfacen a nadie? Parece mentira que digas eso, Martín, tú que estás cansado de torear vanidades ajenas. Los poetas intercambian elogios por elogios, adulan para conseguir una mísera reseña, los editores invitan a comer al crítico a un buen restaurante para que les trate bien. Todo tiene un precio, Martín, los suplementos culturales son casi solo publicidad encubierta. ¿Sabes cuánto cuesta cada reseña elogiosa de la última novela de Pérez-Reverte, por ejemplo? Lo que nosotros ofrecemos es un complemento para paliar la soledad del escritor. Con un elogio a tiempo, se curan muchas depresiones. ¿Tú no te apuntarías a un servicio de elogios y conversación sobre el tema que más te interesa, tú mismo, a domicilio? ¿Y qué estudiante de Literatura que no sabe a qué tema dedicar su TFG o su TFM no aceptaría una pequeña beca para dedicarlo a un determinado autor, que además le facilitaría todos los datos y todo el material que necesita? Piénsalo bien. Es un negocio seguro, con futuro”.
Domingo, 31 de octubre
EL BUEN PATRÓN
¿Quién no podría poner nombre y apellidos a ese buen cabrón, a ese patrón paternalista que Fernando León de Aranoa ha convertido en protagonista de su última película? Todos hemos conocido a alguien así, aunque a veces no fuera un empresario, sino un político simpático y caciquil, como suelen ser los alcaldes que arrasan en las urnas.
Lunes, 1 de noviembre
SOL DE OTOÑO
Playas de San Pedro, de Aguilar, de Xilo, solitarias en este día festivo en el que los que siguen en el camino recuerdan a los que ya han llegado a la meta. Se anuncia mal tiempo, pero hoy el otoño ha querido mostrarnos su mejor cara y se ha puesto las mejores galas y el sol nos acaricia con delicadeza mientras caminamos por la orilla del mar.
A la memoria me viene el endecasílabo de Manuel Machado: “el mar, el mar, y no pensar en nada”. Pero yo pienso en muchas cosas, incluso en algunas en las que pensar no quiero.
Martes, 2 de noviembre
ANTE EL ESPEJO
De Monforte de Lemos me llega una larga carta a la antigua, de las de tinta, papel y sello, en la que un para mí desconocido Víctor Vázquez Quiroga, me dice que tardó en leerme porque en los círculos ovetenses en los que él se movía por los años ochenta y noventa, yo era considerado un “tontaina narcisista”.
Sonrío. Lo de “narcisista” pase (aunque yo soy de los que le preguntan al espejo no si hay alguien más guapo, sino si hay alguien más listo), pero lo de “tontaina”… Eso creo que ni entonces ni ahora.
Miércoles, 3 de noviembre
BUENAS RAZONES
Si la importancia de una persona depende del número de sus enemigos, va a resultar que yo soy más importante de lo que creía. Bastó que José Luis Piquero publicara en su Facebook una fotografía en la que aparecemos juntos allá por 1987 o 1988 para que un laborioso escritor asturiano iniciara una sarta descalificaciones e insultos. El odio le salía por las orejas. ¿Que le habré hecho a este hombre?, pensé. Y no tardé en recordarlo. Si el amor puede ser sin porqué, el odio tiene siempre su porqué. Hace años este escritor me pidió que presentara una novela suya. Me resistí todo lo que pude, entre otras cosas porque el género no se encuentra entre mis favoritos. “Antes muerto que casado, y antes casado que novelista”, suelo repetir. Pero insistió e insistió y cometí el error de aceptar. “Yo hablo cinco minutos y luego tú comentas la novela”. El salón estaba lleno, doscientas o trescientas personas, había fletado autobuses desde su pueblo. Comenzó a hablar, le cogió gusto y siguió hablando durante casi una hora. Al principio tenía gracia, pero luego era un chiste alargado y alargado. Yo me aburría. Soy muy impaciente y la impaciencia me vuelve un poco agresivo. Resultado: que cuando me tocó hablar en lugar de decir lo que pensaba decir de la novela dije lo que pensaba de la novela. Poco faltó para que tuviera que salir del local protegido por la policía.
Ya sé que no dice mucho a mi favor, pero no sé de ninguna persona que me odie que no tenga buenas razones para hacerlo.
Jueves, 4 de noviembre
LA VERDAD ES LA VERDAD
“Caminamos con bastante descaro hacia una forma –que la gente traga-- de dictadura. Se están tomando medidas –decretos leyes-- que se saltan a las bravas la Constitución y cualquier sombra de Estado de Derecho. Corresponderían a un estado de excepción, pero no al de alarma. El parlamento se ha ‘eclipsado’, y así evita Sánchez cualquier oposición; se establece la censura de los medios de comunicación que no están comprados por el gobierno; la mentira se apodera de la nación, y la gente sigue tragando. Solo Vox está haciendo una oposición contundente, y acaso cuanto esto pase pueda llevar a los tribunales a esta gente. Pero ni PP ni Ciudadanos plantan cara que perturbe mucho al presidente”.
Eso es lo que pensaba, y escribía, en abril de 2020 el poeta José María Álvarez en el diario inédito que ahora publica en el libro Tigres en el crepúsculo. Eso es lo que entonces pensaba y decía yo, lo que pensaban quizá algunos más, aunque lo callaban. Ahora ya lo piensa más gente, incluso el Tribunal Constitucional.
Lo de dictadura aplicado a aquella etapa en que, “para proteger nuestra salud” (qué ironía más orweliana), se nos impedía dar un paseo a solas por el campo si no íbamos acompañados de perro no era una metáfora, sino el más exacto calificativo jurídico. Felipe VI tuvo un gobierno al margen de la Constitución como lo tuvo Alfonso XIII en tiempos de Primo de Rivera. Esto ahora lo decimos José María Álvarez y yo. Más pronto o más tarde figurará así en los libros de historia.
----¿Y no te da vergüenza coincidir con Vox?
----Pues no, amigo Piquero, en este punto concreto, que es en el único en el que coincido, no me da vergüenza. Ya se sabe que la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero, aunque algún porquero no esté de acuerdo. En aquel tiempo en que la contención de una grave epidemia sirvió de pretexto para las mayores barbaridades contra la salud y la integridad de las personas, solo Santiago Abascal se atrevió a denunciarlo en voz alta: “El Gobierno trata a los españoles como a niños y a los niños peor que a los perros”.
Viernes, 5 de noviembre
SIN SALIDA
Siempre presumiendo de ser más listo que nadie (dime de qué presumes…) y he caído en un enredo sentimental del que no sé cómo salir sin hacer daño y sin hacerme más daño aún. ¿Cómo no lo vi venir? ¿Cómo un supe retirarme a tiempo? Hay tonterías disculpables a los veinte años, pero a mi edad… Claro que yo, para ciertas cosas, dudo mucho que haya superado la adolescencia.