Quantcast
Channel: Café Arcadia
Viewing all articles
Browse latest Browse all 705

Elogio de la cordura: El gozo de vivir

$
0
0

 

 

Domingo, 13 de febrero
NEGOCIOS RAROS

Siempre he tenido fascinación por Nápoles,  desde los tiempos de Garcilaso y la canción a la flor de Gnido: “Si de mi baja lira, / tanto pudiese el son que en un momento…”

No se me ocultan sus puntos oscuros, pero en pocos lugares he sido tan feliz, a veces con motivo para ello y otras, las más, sin motivo alguno. Quizá por eso, porque me siento de allí, nunca he podido sentir simpatía alguna por Roberto Saviano. Leí su Gomorraa poco de aparecer (incluso creo que reseñé la versión española) y me pareció una efectista colección de reportajes. Lo que vino después escapa a cualquier pensamiento racional. Al parecer, la camorra se sintió en riesgo ante aquella denuncia y amenazó de muerte al autor. El resultado: que un libro que iba a vender unos pocos miles de ejemplares y a pasar sin pena ni gloria vendió millones y convirtió a su autor en una celebridad mundial. Desde entonces vive oculto, protegido por la policía, pero haciendo buenos negocios con las adaptaciones de su obra y con cada nueva “denuncia” que al parecer pone en un brete a los delincuentes napolitanos. Lo único que le hace salir de su escondite son las actividades promocionales: el negocio es el negocio.

Ahora publica Todavía estoy vivo, una novela gráfica sobre su vida clandestina y con ese motivo ocupa las portadas de los más importantes suplementos. En una caravana de coches blindados, se desplaza a Nápoles acompañado de policías, periodistas y fotógrafos y allí posa en distintos lugares y nos hace oír una vez más su triste historia. Una historia que algo tiene de inverosímil y que yo —como buen napolitano adoptivo— no acabo de creerme. Oigámosle como empezó todo. Fue un 17 de septiembre de 2006. Estaba presentando su libro en Casal de Principe y de pronto citó por su nombre a los capos del territorio —los Schiavone , los Iovine, los Bardellino o los Zagaria— y les gritó: “Marchaos, no sois de esta tierra. Dejad de serlo, echémoslo, no sois nadie, vivís escondido”. ¡Cómo debieron de temblar los capos ante aquel superhéroe!  Al parecer, la primera amenaza de muerte llegó dos meses después. Si los capos se hubieran sentido acosados por esa especie de intento de motín, tuvieron tiempo de sobra para quitar a Saviano de delante antes que se fuera protegido por la policía y se convirtiera en una celebridad mundial.

            En fin, soy un poco cruel, pero creo que de los derechos de autor de la obras de Saviano un tanto por ciento muy sustancial corresponde a la camorra y que las editoriales que se lucran de la amenaza no dejarán de abonarlo. Ya se sabe que cuando la mafia quiere quitarse de delante a alguien —recordemos el caso de los jueces Falcone y Borsellino—, sabe cómo hacerlo de manera efectiva, nada de “quiero y no puedo”.

Lunes, 14 de febrero
QUIZÁ NO

¿A quién no le habría gustado vivir otra vida? Siempre que llega esta fecha, tan acaramelada y convencional, pienso que debería haberme enamorado hace medio siglo (me enamoré), ser correspondido (no lo fui) y ahora seguir viviendo con la misma persona.

¿Habría sido más feliz? Quizá no, pero siempre añoramos una vida distinta de la que nos ha tocado vivir.

Martes, 15 de febrero
LA QUE ME ESPERA

Estamos tan acostumbrados al milagro, a que el sol siga saliendo todos los días, que no le damos ninguna importancia a tantos pequeños prodigios cotidianos. Recojo el nuevo número de la revista Clarín, el 157, que inaugura el año 28, y me siento a disfrutar del regalo en el Campo de San Francisco, ya casi primaveral.

En la cubierta , una especie de casita de cuento de hadas. En realidad, es un hotel de insectos que fotografié en el jardín botánico de la universidad de Sofía (en Lastres, encontré luego uno bastante parecido). Encaja muy bien esa imagen con el parque soleado e indolente que me rodea.

“Para todo hay término y hay tasa”, escribió Borges (y se le ocurre a cualquiera). Yo he sido afortunado y en mi caso parece que no había término ni tasa para las cotidianas maravillas. Todo lo que hago lo llevo haciendo, como quien no quiere la cosa, desde hace treinta años o cuarenta o medio siglo. En marzo del 72, publiqué mi primer libro de poemas; dentro de unos días, en marzo, publicaré un nuevo libro de poemas. La vida me ha acostumbrado mal, me ha hecho creer que soy invulnerable e inmortal. Un pequeño tropezón me advierte que no es así. No quiero ni pensar en la que me espera. (Pero no puedo pensar en otra cosa.)

Miércoles, 16 de febrero
OTRAS COSAS ME PREOCUPAN MÁS

---Vives en otro mundo, Martín. ¿No te preocupa la situación de Ucrania? ¿No te preocupa que en Castilla y León lleguen al poder los herederos de Franco?

---Otras cosas me preocupan más, la verdad. Veo lo que dicen los periódicos y no me parece especialmente alarmante ni una cosa ni otra.

----No te entiendo. Antes siempre estabas a la izquierda, ahora parece que todo te da igual.

---He ido perdiendo entusiasmo por el juego de la política, qué le vamos a hacer. El parlamento me parece un mercadillo donde todo se compra y se vende y las leyes se aprueban por las razones más peregrinas. Pero eso no me preocupa demasiado. ¿Cuándo no ha sido así en buena democracia? La política siempre ha tenido como ideólogo a Groucho Marx: “Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros”. La verdad es que a mí lo único que me asusta es la violencia. Que la democracia acabe a tiros, como en los años treinta. Mientras los asuntos se resuelvan negociando y votando, todo va bien.

---¿O sea que para ti lo mismo es que el vicepresidente del gobierno sea Pablo Iglesias que Santiago Abascal?

---Lo mismo, no. Unos verán una catástrofe en un caso y otros en el otro. Para mí, si están ahí porque eso es lo que han querido los españoles, pues no veo nada especialmente grave, aunque uno me guste más que el otro. Hace un rato escuchaba a Jon Juaristi en la tertulia de los miércoles y se me ocurrió pensar que, de derechas o de izquierdas, presuma de o no de españolista, no es menos vasco que Sabino Arana. Ni José Antonio Aguirre lo es más que José María de Areilza. Los años le vuelven a uno menos sectario. Vasca es Bayona, una de mis ciudades favoritas, y por eso mismo muy española la antigua, con su fiesta de los toros anunciada en grandes carteles.

----No te reconozco, Martín. Y lo de Ucrania, ¿también te trae al pairo?

---Yo lo veo como un juego del gato y el ratón. El gato es Putin, por supuesto, y el ratón Biden, con los demás países de la OTAN que ni pinchan ni cortan. Es Biden quien mete miedo a los ucranios para que acaben haciendo lo que a Putin le dé la gana. El genio político de estos tiempos es Putin, un genio del mal, si quieres, pero un genio. Es el único que sabe lo que quiere y sabe cómo conseguirlo.

            ----Menos mal que no te dedicas al comentario político, Martín. Sigue con la literatura, que es lo tuyo, en política no das pie con bola.

Jueves, 17 de febrero
NINGUNA DUDA

Entre los lugares que visitó Saviano en su viaje promocional a Nápoles, aparte de las Velas de Scampia, escenario principal de Gomorra, se encuentra uno de los miradores que yo prefiero, el de la Certosa de San Martino. Qué hermosa la ciudad a mis pies y al fondo, en el centelleo de las aguas, las islas del golfo. “Un paraíso habitado por diablos” definió a Nápoles Benedetto Croce. Pero no solo hay diablos en Nápoles, puedo dar fe de ello. Y no me extraña nada que a Saviano, que vive de propagar la mala imagen de la ciudad, no se le quiera bien. ¿Ha contribuido a mejorar la vida de Nápoles con sus denuncias? Tengo mis dudas. ¿Ha descubierto con ellas algo que no supiera la policía? Por supuesto que no. En eso no tengo ninguna duda.

Viernes, 18 de febrero
TABÚ

Si no me importa reconocer que tengo dolor de muelas o de estómago, ¿por qué soy incapaz de reconocer el más mínimo problema de salud mental? A mí mismo no puedo engañarme: estos días he tenido un inicio de depresión, no es la primera vez, pero sí la primera que no desaparece al poco. Nunca me había ocurrido despertarme y no tener ganas de levantarme de un salto y ponerme a escribir. Me veía viejo, descatalogado, sin nada que hacer en este mundo, encerrado en el infierno. Somatizo la situación para no tener que reconocerla. Me creo una persona racional, pero soy la persona menos racional del mundo. Puedo reconocer cualquier enfermedad física, ninguna me avergüenza,  pero admitir que estoy deprimido que quizá necesitaría ayuda psiquiátrica, eso no. Tendrían que pasar por encima de mi cadáver. Afortunadamente, esta noche sentí un click y supe que era como si de pronto se hubiera encendido una luz y el mundo volviera a estar bien hecho. Me he salvado por poco. Ahora a aguardar la próxima embestida.




 

 

 

 

 

 


Viewing all articles
Browse latest Browse all 705

Trending Articles